Holloween, Michael Myers, y el Derecho de Autor

POR: JAVIER CRUZ

¡Mortales! ¡Corred en terror! Octubre ha llegado, arropando todo con su decrepito manto.

¡Saludos! Soy uno de los colaboradores de este blog, y como pueden ver, amo octubre, en especial el ambiente misterioso que trae esta temporada. Con el fin de integrar el espíritu de este mes con la propiedad intelectual, decidí investigar, entre un amplio historial de casos legales, si existía alguno que tuviera que ver con el tema de propiedad intelectual al igual que el de halloween. Luego de escarbar el cementerio de casos legales, logre conseguir uno que no solo cumplía con ambos requisitos, sino que también lidiaba con una de las películas de horror más reconocidas: “Halloween” de John Carpenter. Si, al parecer el corazón no-latiente de Michael Myers contiene una pequeña pasión por el ámbito legal, en especial el de propiedad intelectual. El caso, titulado “Don Post Studios, Inc v. Cinema Secrets, Inc.”, es muy interesante, ya que recalca la importancia de uno de los elementos esenciales de la ley federal de “Copyright” vigente en Puerto Rico: el principio de Originalidad.

                El caso centra una disputa sobre el origen, la autenticidad y la venta de la máscara de Michael Myers como accesorio de disfraces. El demandante, Don Post Studios, fue el estudio que creó la máscara del antagonista de “Halloween” para la película, por el cual fue pagado por dichos servicios. Pero, al crear dicha mascara, Don Post “did not claim nor did it reserve any rights to the mask worn by the character of Michael Myers”. En 1981 (tres años luego de que “Halloween” fue presentada en cines), Don Post trato de conseguir una licencia para producir y vender la máscara de Michael Myers, pero fue denegado por los creadores de la película. Cuatro años después, Don Post creó una máscara muy parecida a la de Myers, a la que llamaron “The Mask”. Esta mascara fue diseñada usando el mismo “foam master” del artista William Shatner que se uso para crear la máscara de Michael Myers. La venta de esta mascara fue todo un éxito, por lo cual Don Post intentó un “Copyright” para la máscara. Al solicitar dicho copyright, Don Post incluyó el hecho de que la máscara había sido creada usando el mismo foam master usado para crear la máscara de Myers en la película “Halloween”. El intento falló, ya que la máscara no era original, si no que un “derivative work of a ‘pre-existing mask with different facial coloration, hair and eyes’”. Esto no detuvo a Don Post, y en el mismo año (1997) intento obtenerlo nuevamente, esta vez expresando que la máscara era puramente original. Con esto, Don Post finalmente consiguió el Copyright de la máscara.

                La disputa del caso surge cuando, en 1999, el estudio de efectos de maquillaje “Cinema Secrets” recibe una licencia no-exclusiva de los creadores de la película “Halloween” para vender la máscara de la película, a la que titularon “The Michael Myers Mask”. Al existir dos mascaras similares en el mercado de disfraces, Don Post decide demandar a Cinema Secrets, argumentando que la máscara que se está vendiendo no está basada en la máscara de Michael Myers, si no que es una copia de la de Don Post, la cual lleva ya tiempo en el mercado. Don Post también argumenta que su máscara es puramente “original” en concepto y completamente separada a la del antagonista de “Halloween” ya que tiene una patente que autentifica su originalidad.

                El caso fue llevado a corte y se decidió a favor del estudio Cinema Secrets por varias razones, pero la más significativa figura el principio de “Originalidad”, el cual es importante para determinar la validez del Copyright. Como explica Pedro G. Salazar en su libro “La Protección Legal del Autor Puertorriqueño”, el elemento de Originalidad es tan importante que tiene rango constitucional, y consta en “que la obra no se haya copiado de otra… para ser original la obra de autor tiene que poseer un grado de creatividad personal aunque éste sea mínimo”. Aunque este grado no tiene que ser sustancial, como dice Salazar, “tampoco puede ser negligible o trivial”. El principio de originalidad también defiende a aquellas personas que crean algo similar o idéntico a otro ya establecido si este fue creado sin conocimiento de la otra obra, y “no solo no infringe derecho alguno, sino que adquiere un derecho propio a inscribir su obra”.

Este fue el argumento que Don Post intentó establecer ante el tribunal: que su máscara fue una creación original, independiente de la de la película “Halloween”, y que fue Cinema Secrets el que se copió al crear y vender una máscara de disfraces idéntica a la de ellos. Pero como la máscara de Don Post fue creada usando el mismo foam master que se uso para crear la máscara de Michael Myers, y la misma contenía los mismos colores de piel y de pelo que los de la película, el tribunal determinó que la máscara de Don Post no era una obra original, y por ende el copyright que protegía la máscara de Don Post era invalido. Don Post perdió el copyright de su máscara y perdió el caso.

                Así que como se puede ver, el principio de Originalidad es de suma importancia para validar y para otorgar la protección de Copyright. Aunque Don Post trató de enmascarar (¡ha!) su producto señalando que dicha mascara era una obra original, se trajo en el caso amplia prueba que demostraba que esto no era cierto y que en realidad era una copia. El caso es muy interesante, y demuestra la protección que se adquiere con el copyright, al igual que enfatiza la importancia de la originalidad. Yo solo espero que Michael Myers no haya escuchado que alguien llevaba años vendiendo su máscara y proclamándola suya y original, porque los asesinos inmortales como él no encontrarían eso muy agradable.

¡Hasta aquí mi post de esta semana! Espero que les haya gustado y que hayan aprendido. ¡Hasta la próxima!  

Bibliografía:

  • Don Post Studios, Inc., v. Cinema Secrets, Inc., 124 F.Supp.2d 311 (2000).
  • Salazar, Pedro G. La Protección Legal del Autor Puertorriqueño. 2nda Edicion.

Editorial Inter Juris, San Juan, P.R., 2013